lunes, 18 de octubre de 2010

Cuánto gané...cuánto perdí

¿Dónde estarán los amigos de ayer,
la novia fiel que siempre dije amar?
¿Dónde andarán mi casa y su lugar,
mi carro de jugar, mi calle de correr?
¿Dónde andarán la chica que me amó,
el rincón que escondió mis secretos de ayer?

¿Dónde estarán....?
-A un lado de mi piel.
los guardo bien, y a veces brotarán;
Endulzarán un brusco acontecer;
Llenándome de miel que muchos mirarán.
Me lanzarán al viento y a mi tiempo me retornarán;
Vendré feliz y fresco para siempre.
-Sé dónde estarán-.

¿Cuánto gané, cuánto perdí?
¿Cuánto de niño perdí?; ¿Cuánto de grande logré?
¿Qué es lo que me ha hecho feliz?
¿Qué cosa me ha de moler?

¿Dónde andarán los amigos de ayer,
la novia fiel que siempre dije amar?
¿Dónde andarán mi casa y su lugar,
mi carro de jugar, mi calle de correr?
Me lanzarán al viento y a mi tiempo me retornarán;
Vendré feliz y fresco para siempre.
-Sé dónde estarán-.

¿Cuánto gané, cuánto perdí?
¿Cuánto de niño perdí?, ¿Cuánto de grande logré?
¿Qué es lo que me ha hecho feliz?
¿Qué cosa me ha de moler?

Si era vivir la infancia con el ansia de todo saber.
Pues el saberlo todo y con nostalgia ver lo que se fue...

Pablo Milanés.

sábado, 26 de junio de 2010

Julio Cortázar

FINAL DE LA HISTORIA CORTÍSIMO METRAJE DE JULIO CORTÁZAR

Cuando la mano por la cintura para arrastrarla entre los árboles, pistola del bolso y a la sien. Después billetes, verifica bien llena, aprovecha el auto. Automovilista en el suelo impactado. Hombre astuto lo sigue. Ella no se percata, mano al bolsillo y llaves al auto. Gran estruendo en la portezuela, poco a poco, mirada en la ventana, asombro e impresión. Se abre la puerta, mientras dolor junto al automovilista. Pistola en la mano, mirada penetrante, de pronto golpe en el suelo y viento helado por la muchacha. De paso rojo mar de soledad y brutalmente a la sien, cae una hoja al suelo, hombre verifica, el auto se enciende a toda velocidad, se pierde. Hombre despechado, vida cruel, para y gira bruscamente. Cuando enfoque a la mano, mirada fulminante, algunos segundos, ni rastros en este oficio, porque no hay que descuidarse, y entonces pájaro al vuelo.


BUENÍSIMO :)

Gravedad sin límite

Gravedad sin límite


ITZAMA Y YO

No le sucedió a él, no le sucedió a ella, no me sucedió a mí, realmente no lo sé. Miro, corro, vuelo, pero no llego, caigo, a un vacío, a un abismo sin final.

Itzama del cielo bajó
Y llevarse a su esposa deseó
Pero por más que buscó, no la encontró,
Su furia desató, y su venganza arrojó.

El Uxol abrió sus brazos y en sus territorios asentó, la vida de aquella aldea invisible, donde escurridizos viajaban de un lugar a otro. La tormenta azotaba su templo, las gotas caían ácidas sobre el cuerpo que yacía en la montaña. No esperaban su muerte (si es que realmente la hubo). No se si deba contarlo, pero Itzama oculta algo, lo he notado extraño, como si algo o alguien lo atormentara. Bueno, ideas mías, ( si es que existen). El suelo comenzaba a bañarse de sangre, el puñal se reflejaba contra su pecho, la desesperación clamaba a gritos, pero el silencio se encargó de ocultarlo todo. Empezaba a anochecer. No sé cual de los dos estaba helado, del otro extremo tocaban la puerta, me dirige hacia ella, y un estruendo se oyó en lo alto del cielo, sentía como mis manos se endurecían al tocar la manilla, mi voz no tuvo eco de auxilio. Itzama había desaparecido. Nada me cuesta confesar, (si es que sirve de algo), que he descubierto lo que oculta Itzama, no sé como, ni quien me ayudó, quizás la locura se apoderó de mi mente. Por fin la voz, el soplo de aliento, ¡no¡ la luz me enceguece, doy mi primer paso hacia ella, pero no puedo, una enorme fuerza me impide moverme, mi piel se vuelve piedra, y…….. Cada segundo que pasa veo limitada mi vida. Espera, ¿qué hacen?, no me muevan de aquí, no me escuchan, ¡acaso no existo¡. Aún no había muerto ( para mi desgracia). No creo que yo pueda salvarme, y ni siquiera sobrevivir en el otro. ( pues, si lo hubiera).
Tenía toda semejanza con el cuerpo humano, descendió del cielo, (como era de esperarse), al llegar a mi lado un fétido líquido entre amarillento y verdoso salía por su boca, sus ojos se abrieron, sus alas se movieron, retrocedió unos pasos y se desvaneció en el aire. Ahora estoy más confundido que antes, pero esos juegos son de Itzama ( o míos, realmente no lo sé), todo lo pierdo, abro los ojos, pero ahora vuelo, soy libre, ya todo es del olvido o de alguien que quiera acercarse, y quizás ya no esté aquí para contarlo.

Sueño de un despertar

Claire Fereck despertó al amanecer sobresaltada por una pesadilla. Soñaba que el mundo se caía a pedazos, veía impotente la muerte de su madre, sin poder hacer nada. Encendió la luz, mientras bebía un poco de agua. El ruido de la tormenta, el viento azotando los árboles, la lluvia, los relámpagos y truenos; la hacían sentir más sola que nunca. Caminó a su escritorio para seguir con sus estudios de antropología, se desplomó sobre el cómodo y reconfortable sillón, mientras alzaba su brazo hacia la lámpara, (realmente una reliquia, única en el mundo). Un relámpago la estremece en su existencia, la ventana se abrió de golpe, el viento era frío, luego de luchar contra este, decidida, avanza, pero así como las ventanas se abrieron ahora se volvieron a cerrar frente a sus ojos desorbitados por la impresión. Puede ser que quisiera no pensar en aquel acontecimiento, en las constantes pesadillas, pero ella no podía evitarlo. Por unos segundos la muchacha permaneció helada de estupor, sin comprender la escena, sin saber o poder explicar el fétido hedor que impregnaba su habitación. Una habitación humana de verdad, aunque demasiado estrecha. Volvió su rostro hacia su cama, pensando si es que…¿era posible seguir durmiendo a pesar de aquel estruendo que conmovía hasta los propios huesos?¿qué me ha sucedido?.. pensó. Se acercó a su cama, un gemido estuvo a punto de explotar mientras se llevaba las manos a su cara para controlarse, mientras veía como sus sábanas blancas se bañaban en sangre que salía a borbotones desde su almohada. Su reacción no fue otra que salir corriendo hacia la calle, al llegar a la plaza se detuvo (como si alguien lo hubiera planificado así), miró a su alrededor pero no había nadie, ni un alma en aquella aldea invisible frente a sus ojos. Miró hacia el cielo, la luna cada vez se acercaba más, hasta que ella pudo tocarla, sentir su gravedad sin límites, envolverla por completo. ¡Un momento¡ dijo, y como si estuviera poseída por una fuerza sobrenatural volvió a la época ultraterrena, y no evitó pensar qué era lo que sucedía, (aunque aquello fuera el indicio de su destino, de lo que siempre fue, y a lo que hoy debe retornar)…..(me veo en la obligación de ayudarla a tomar una decisión, de guiarla, aunque eso la lleve a la muerte, una de las dos muertes, la terrenal)
Sintió como su cuerpo avanzaba sin consentimiento propio hacia el mar, ¡si al menos hubiese cesado ese irresistible sonido¡.. vio como su madre descendía del cielo y era arrojada al mar, por un enorme pájaro cíclope…………….
No creo estar seguro de todo, la confusión se ha apoderado de mí, un último viaje me hará desistir de seguir con esta historia, que me nubla, o dejar en el tintero la fugaz y sin límite gravedad de mi mente. Mientras veía como su madre se ahogaba clamando su ayuda, sus pies flotaban y entonces caminó sobre las aguas que fueron tomando un sabor amargo. Debo terminar con esto, ( y ya la luz se apaga y la pluma comienza a decaer lentamente sobre el papel ). Se detuvo, miró en lo más profundo de su alma, pero no veía a su madre, el agua que casi había tocado con sus pies, ahora se convertía en fuego, en un fuego que la cercaba y que comenzó a consumirla, como una vela al viento. Abrió los ojos, a pesar de estar medio dormida, se sobresaltó, pero a su alrededor sólo había tierra humedecida, un sol brillante, y un enorme cielo que abría camino a Chichén Itzá.


Vida después de la muerte


En la región del Yucatán, el Petén y los altos de Guatemala, se asentó el pueblo Maya. Cuentan por ahí, creo haber escuchado en una convención de Literatura, la historia a cerca del no muy conocido (por algunos) Popol Vuh, entre otros textos éste tenía algo en particular, su capacidad de hipnotizar, además de relatar el origen del hombre, la creación del mundo y la vida cotidiana del los mayas, había algo que muchos años después, en un lugar alejado y muy distinto al que estoy ahora, comprendería. No recuerdo bien que fue lo que pasó conmigo, lo único que sé, es que no hay lugar más maravilloso que este, ….hermosa verde pradera, vida al máximo, flores frescas, aguas cristalinas, en donde se reflejaba la vida de aquella aldea invisible, ya olvidada.
Había en el aire que respirábamos un sentimiento parecido al amor, como si el mar estuviera cerca, pero eso era imposible, yo estaba en el lugar más apartado del mundo, en lo inaccesible a lo ojos de la realidad. Otra vez vuelve a mí, el tormento de aquella mujer, todas las noches aparece vestida de blanco y con la cara pintada como india, cada vez que trata de acercarse a mí y tocarme la mano, su rostro se desfigura, y comienza a arder en llamas, y es entonces que despierto. En realidad, siempre es lo mismo, pero me pregunto si verdaderamente fue un sueño, porque aún despierto sigo viendo cosas, ¿qué extraño, no?, insólito diría cualquiera que me escuchase, pero aún siento ese olor a podrido, un hedor que impregna mi habitación. He pensado en mudarme, en muchas otras alternativas, unas vacaciones quizás, algo lo que sea, para salir de este infierno.

Y a se fue Itzama, también lo hizo Claire Fereck, creo tener aún un poco de ella, o quizás es ella la que aún no se ha querido ir, es algo que me incomoda bastante, más cuando trato de terminar conmigo. L a pluma seguía corriendo sobre la hoja. Cerré los ojos, traté de levitar y de ir en busca de la madre de Claire, quizás eso es lo que la atormenta, y no me deja acabar con este juego maldito de vivir sin estar vivo. Pero el agua se congeló a mi paso y cerró bruscamente sus puertas para esconder cualquier indicio que pudiera salvarme, seguí caminando e hice que mi mano se convirtiera en una perforadora de hielo, y entonces golpeé con tal fuerza, que mi mano quedó conformada por pequeños pedacitos de cristal, como era de costumbre, un líquido azul se esparramó sobre el hielo, no sangraba porque no tenía sangre, poco después recuperé mi mano y sin mayores problemas que el interminable zumbido en mi cabeza. Hacia el horizonte veo que desciende del cielo en una nube…..Itzama, pensé, no puede ser dije, él se había ido…….pero esperen…..ahora abre sus brazos y un viento me empuja hacia él, siento un gran alivio, me dice que por fin podré descansar, que ya he cumplido mi misión, y al final de sus palabras agrega, Maktub, es decir(como estaba escrito), entonces fue cuando abrí nuevamente los ojos, pero ahora no era a Chichén Itzá a quien veía, sino un inmenso cielo sin límites, donde la gravedad de la mente iba más allá de la vida, e incluso de la muerte. Es hora de poner fin a esto, ya que no corro ningún riesgo, pues estoy muerto, y desde aquí puedo ver todo, e incluso creo saber lo que piensas ahora, pero eso es otro cuento, he adivinado un proceso no accesible a los hombres, una suerte de escándalo de la razón, pero de un privilegio temible……….

Ciertamente no estoy seguro de haber escrito siempre la verdad, lo dudo, por lo menos yo…………

S.Vallejos

domingo, 8 de febrero de 2009


PRÓLOGO INAUGURAL


¿CÓMO ENTENDER EL PSICOANÁLISIS? Para hablar acerca y desde el Psicoanálisis…
Porvenir del síntoma contemporáneo que
Sujeto al lugar del discurso ha de tener
Incluso la primacía del orden de antaño. El que la histeria tuviese personalidad de histérico, lo hubo de saber muy bien
Charcot, y si su método fue efectivo o no, lo sabían muy bien, las simuladoras de la Salpétrière.
Otro con mayúscula, ha de difundir la peste, ha de resarcir los vestigios del trauma de su nacimiento, en el exilio de éste. Así como
Anna O y las reminiscencias de la época, hayan de dar cuenta, de la cura por el habla que
Narciso sólo ha de ver su imagen reflejada y el hombre de las ratas su deuda heredada.
A confesar que no eres una beldad, Freud enmienda su actuar, a su futura esposa Martha Bernays, hasta su muerte y unos años más. Mil quinientas cartas le enviará junto a una rosa roja, a confesar.
Lo inaugural de su enseñanza abre caminos al andar, sus casos clínicos la fundan como tal. Dora, Juanito, entre otros más.
Inconsciente ávido buscaste la forma de hablar, fueron tus retoños a luchar con las defensas de un yo ejemplar, no habrás de rechazar tu doble constitución pues a partir del ello y súper yo se articula tu función.
Siguiendo la lógica de la repetición, aquello que no se sabe, pero que se reactualiza como un actuar nuevo, que se disfraza de síntoma, lapsus o acto fallido, que termina siendo una forma de recuerdo.
Inconsciente ha de traducir su genio, siendo su mayor aporte mecanismo y funcionamiento. Nombre de júbilo y hombre de letras, supersticioso y puritano, no hayan de pensar algunos que su descubrimiento fue en vano.
Simplemente has de empezar, como diría Lacan, con un aforismo inaugural: “…Retornar a Freud…”; para así poder hablar desde el fundamento pasado hasta el actual, sin perder de vista lo textual de lo personal.






SHEYLA VALLEJOS C.

sábado, 7 de junio de 2008







sábado, 31 de mayo de 2008

La incertidumbre del abismo


LA INCERTIDUMBRE DEL ABISMO



Hoy se cumplen dos años de constantes tratamientos, de cuatro citas semanales, y de cinco horas sentado en un diván en el cual transcurría su historia, su vida. Era común encontrar en aquella habitación grandes enciclopedias patológicas, los retratos del bien conocido Sigmund Freud, el diván, el escritorio lleno de papeles, y de archivos de sus pacientes más críticos. Cabe mencionar que en cada sesión Stevenson debía tocar cuatro veces a la puerta, siendo la única forma de que el Doctor Gregory fuera a abrir. Sin embrago, hoy es un día diferente para la vida del doctor. Hace dos años que murió su esposa, de un cáncer que le arrebató la vida, los sueños y sus ilusiones de abogacía. Dos años en que su vida se ha encontrado sumergida en un abismo oscuro y profundo. Era un hombre rutinario, ordenado, acostumbrado a su soledad. Creía que una gran disciplina en su cotidiana vida era la única manera de poder interpretar el desconcierto y el caos de sus pacientes día a día. A pesar de sus 55 años, consideraba fielmente estar en buenas condiciones tanto física como mentalmente. Todos los días en su rutina diaria acostumbraba pasear por las calles de Surim Cape, y por el maravilloso restaurante italiano, en donde él y su esposa almorzaban en aquella época en que su vida era incierta, claro, menos de lo que es ahora que se encuentra en medio de su vida o la de seres más cercanos.
Ya era medianoche se sentía muy cansado y en medio de un revoltijo creciente, pasan algunos segundos y el teléfono suena, pensando (en quién podría ser y a estás horas de la noche).......decide levantar el auricular.
Diga, ¿Quién habla? Conteste por favor. y entonces decide colgar ( como se pierde el tiempo en absurdas bromas telefónicas). En el momento en que toma su chaqueta y camina hacia la puerta, suena nuevamente el teléfono, vacila unos instantes en contestar, pero finalmente lo hace.
- Hable de una vez ¿Quién es?, ¿Qué desea?
- Ya te ibas, tan pronto Doctor Gregory
- ¿Con quién hablo?
- Con algún momento de tu pasado incierto
- Por favor no estoy para bromas (con intención de colgar)
- No te atrevas a colgar, no te conviene.........
El Doctor Gregory inspiró hondo otra vez, pensando en que las amenazas eran muy comunes, más en el mundo que vivía y con el renombre con el cual contaba, pero profundamente aquellas palabras comenzaban a inquietarle por completo.
- Doctor, sigue ahí...sabe no sería bueno llamar a la policía, usted bien sabe que lo tratarían de demente, aunque ni usted lo crea
- Qué quiere ¿dinero acaso?
- Mmm....aquí comienza el juego. Antes lo necesité, a él me aferré, ahora nadie puede vivir sin él.
- ¿No es cierto Doctor?, pero a usted nunca le ha hecho falta, grandes lujos, autos, una casa de verano en Miami, una consulta propia, su sueño como psicoanalista, el reconocimiento, la fama, un fiel seguidor del Padre Freud, siempre presente al lado de su escritorio junto a la enciclopedia de Patología General. ¿Me equivoco en algo Doctor?, puedo seguir con la descripción, pero eso sería demasiado fácil y no me proporcionaría la satisfacción necesaria, la que ha mantenido en pie el deseo de arruinar su vida. Había pensado en matarlo, pero eso sería trivial y no va conmigo, eso se lo aseguro, así que he decidido que usted elija entre su vida o la de alguien muy cercana a usted.....,píenselo después de la muerte de su mujer ¡Qué tragedia, no¡, sería muy triste lamentar otra muerte que tuviera un único responsable. La muerte es una palabra muy interesante, podría significar la ruina social, la bancarrota, tantas cosas innumerables y poco creíbles en una persona de gran alcurnia como usted. ¡no¡.
- Basta, es usted un demente....
- No creo, lo dudo. Hoy comienza el fin, lo voy a estar esperando cara a cara, para cobrar lo que no se paga con la muerte, sino con el sufrimiento, con lo que yo algún día de mi vida padecí, escuche:
- Buscar, buscar, buscar, pero jamás encontrar
Puede ser de aquí o de allá
Al volver la vista atrás
Veinte años nada más. (colgó)

Un instinto aterrador corrió por las venas de aquel hombre que gritaba el nombre de su esposa, lloraba como nunca lo había hecho en su vida, él no la ayudó. Tuvo por esos tiempos un profesor asesor muy conocido, respetable, (que le daría la espalda) dentro de la Sociedad Psicoanalítica, lo ayudaba en sus sesiones, en las primeras interrogantes a cerca de su profesión. De cierto modo lo inquietaba el sólo pensar en la posibilidad de que sus terapias no dieran resultados en sus pacientes más críticos y que alguno de ellos fuera el autor de una terrible implícita amenaza: el suicidio.
Él hubiera sido distinto, pero nadie hizo nada por él y sus hermanos, luego de quedar desamparados, ni siquiera su abuelo. Él los odiaba los aborrecía, por ser engendros de su hija, una cualquiera, que un día cansada de los abusos de su padre, la pobreza, decide marcharse lejos, en donde un maldito día (como lo diría ella a sus hijos reiteradamente) conoció a un marinero, con mucho dinero, creyendo ella que por primera vez en su vida había encontrado el amor y la......
El calor de la mañana parecía burlarse de él y vio como el sudor comenzaba a invadir su traje. Creyó que lo seguían, pero no quiso comprobarlo. Se encogió de hombros y paró un taxi en la esquina. Al momento de pagar le dice que por favor lo lleve al hospital psiquiátrico de la ciudad. Tranquilo, quizás absorto mira por la ventanilla del auto, la ciudad, los niños jugando, los perros en la calle, el vendedor de helados (empecinado a pesar de la lluvia), el fotógrafo de la plaza, el pintor que inmortaliza a las personas en sus retratos. Un freno casi ensordecedor lo saca de aquel cotidiano mundo, se percata de que el auto avanza, pero luego cambia de dirección hacia el centro ferroviario. Consternado dice ¿Qué sucede? ¿Acaso no me escuchó?, yo no voy hacia allá. Tan pronto te olvidaste de mí, Gregory, tengo una sorpresa para ti, bájate (en ese momento llegan dos hombres, lo apretan del cuello para que no pueda hablar). Ves aquel hombre sentado frente al ferroviario, ¿te parece conocido? (desesperado por no poder hablar se da cuenta de que es Stevenson el que está allí). No te pierdas de este espectáculo Gregory, mira. ( en ese momento ve como Stevenson uno de sus pacientes más críticos camina hacia el ferroviario y desaparece entre el paso del tren). Helado por completo ante la incierta escena, una más de su incierta vida, cae al suelo en un llanto desesperado, mientras ve que todo a su alrededor transcurre rápidamente, y la sirenas se oyen llegar. Como si nada hubiera pasado, como si todo hubiera sido un sueño, despierta, pero no en su casa, no en su cama, sino en la comisaría y acusado de haber empujado hacia el tren aquel hombre al cual no pudo ayudar. Luego de constantes interrogatorios, fue llevado en un camión, no muy decente, por así decirlo, a otra prisión de alta seguridad, en donde habitaban seres ajenos a la sociedad. Muy cerca del lugar de destino, el camión es obstaculizado por dos autos y cuatro camiones brindados, luego de una gran balacera Gregory logra ver la luz, la libertad, las puertas se abren, el siente el olor a mar, la brisa, el sonido de las olas. (Suéltenlo y márchense de aquí, déjenme solo con él) ....entonces todos se marchan y sólo se escucha el sonido del viento, hasta que la voz de Gregory interrumpe el tormentoso silencio: ( al quitarse la venda de los ojos no puede creer lo que ve).
- Un soplo de aliento fugaz sale de su boca: tú… Stevenson
- No puede ser, tú estás muerto, yo vi cuando te lanzaste al.....
- Me lancé o tú me empujaste Gregory
- ¡Oh, Dios que sucede conmigo¡
- nada, acaso Stevenson nunca te habló de mí, de su hermano gemelo
- ¿Qué? No puede ser, el no tenía familia, estaba solo, más que yo ahora.
- sin tu mujer, claro, ¿Qué ingenuo fuiste Gregory?, cuatro citas semanales, trastorno maniático-obsesivo, crisis, depresión, ¿Qué más tenía mi hermano?, bueno él también fue ingenuo pues lo utilicé para llegar a ti, el terminó con su vida, es cierto siempre fue débil, desde pequeño, cuando mi madre aún vivía, y aferró sus esperanzas en un incierto recién formado psicoanalista, que no supo escucharla, y que simplemente no la ayudó, sino que la condujo a que tomara la decisión de suicidarse, ahorcada en el baño la encontramos yo y mi hermano, eso marcó para siempre mi vida. Durante todos éstos años he estado alimentando el odio a cuanta persona le dio la espalda a mi madre (mientras seguía hablando con la rabia en los ojos el Doctor Gregory ve tirada en el suelo una arma y no duda un segundo en tomarla)
- Nos vemos las caras como dijiste la primera vez
- Tú no serías capaz de acabar con Stevenson, eso iría en contra de tú ética como psicoanalista si es que alguna vez en tu desgraciada vida lo fuiste, sería como volver a matar a tu esposa, a mi madre, a Stevenson y a todas las personas que nunca pudiste ayudar, las abandonaste a su suerte, a la muerte. Acéptalo Gregory, eres un fracasado, mereces mucho más que el dolor que reflejan tus ojos, mereces lo que yo sufrí, los abusos y maltratos de mi padre, la marginación social, la pobreza, el ser apuntado con el dedo, que me dijeran hijo de perra en el colegio cada vez que me veían pasar, es un odio demasiado grande, inalcanzable ante los ojos de un bastardo como tú.
- Vamos termina con todo esto, ¿qué esperas?, dispara.........
(un estruendo se oyó en lo alto del cielo, otro se lo llevó el viento, el mar...)
Ahora el sabor del aire era amargo, el suelo de aquella playa se bañaba de sangre y de dolor, a lo lejos se escuchaban las sirenas…….








Elaborado a partir del libro El psicoanalista...