viernes, 8 de junio de 2007


"¿Quién es tu analista?", te preguntan en Buenos Aires, con la misma naturalidad con la que te preguntan "¿dónde te cortaste el pelo?". Parece que en esta ciudad tener un analista es tan importante como tener un odontólogo.
En los diarios se ofrecen talleres de "Literatura y sicoanálisis", o sesiones de "Yoga y sicoanálisis", y al correo electrónico de la corresponsalía de la BBC llegan insistentes invitaciones para unas funciones de "Cine y sicoanálisis".
En una conversación de café, alguien le dice a su interlocutor que está "proyectando". En una plaza, una novia le pide al novio que no "reprima" sus emociones. Más allá un adolescente se queja de lo "neurótica" que es su mamá.